Los tipos de paneles solares más comunes | Geesol Skip to main content

Los panales solares, también conocidos como placas fotovoltaicas, son uno de los elementos principales de las instalaciones fotovoltaicas, puesto que su función es captar la energía solar y convertirla en corriente alterna. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los paneles son iguales y que, dependiendo de las necesidades de cada usuario y de las características, puede ser más conveniente decantarse por uno u otro tipo.

Esta elección es de gran importancia y debe realizarse contando con toda la información, ya que conlleva una inversión notable en unas placas que tendrán una vida de entre 30 y 40 años. Por tanto, a menos que se sea un especialista en el área, lo recomendable es contar con el asesoramiento de una empresa experta para tomar esta decisión.

Generalmente, los paneles solares se clasifican en tres tipos, que se diferencian en la tecnología usada para la fabricación de sus celdas y en el grado de pureza del silicio utilizado en ellas.

Paneles solares monocristalinos

Son los paneles solares más comunes, eficientes y estables. Cuentan con celdas de silicio monocristalino y suelen ser distinguibles a simple vista por su tonalidad oscura y uniforme debida a su alta pureza en silicio. También es característica la forma octogonal o circular de sus celdas con las esquinas recortadas.

La diferencia con el resto de paneles se encuentra en que sus celdas están fabricadas de un único tipo de cristal de silicio con sus componentes perfectamente alineados, factor que le confiere un mejor rendimiento que el resto de placas. Como se puede suponer, este tipo de panel es que tiene un mayor coste de fabricación y precio de venta más elevado.

Paneles solares policristalinos

Su ventaja respecto a los paneles monocristalinos es su menor coste que, por otra parte, va también acompañado de una menor eficiencia. Están formados por células de silicio policristalino con estructuras espontáneas, que confieren a las placas un color azulado.

Un inconveniente de este tipo de paneles es su menor resistencia a las altas temperaturas, por lo que su instalación es menos recomendable en áreas cálidas.

Paneles solares de capa fina

También conocidos como paneles con celdas amorfas. Es el tipo de panel de menor coste, aunque actualmente se encuentra cada vez más en desuso, debido a su baja eficiencia respecto a los otros dos tipos de paneles, provocada por la peor calidad del silicio empleado. Sus módulos fotovoltaicos se fabrican depositando una capa fina de silicio amorfo sobre un sustrato de diferentes materiales como el cobre o el selenio.

En conclusión, es fácil comprobar que las principales diferencias entre los distintos tipos de paneles son la calidad del material, el coste y la eficiencia; factores que se encuentran ligados en una relación directa. A mayor calidad y eficiencia, mayor coste. De cualquier manera, lo recomendable siempre es acudir al asesoramiento de instaladores fotovoltaicos, que evaluarán cada caso concreto y propondrán el tipo y modelo de placa que más conviene para cada instalación.

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